lunes, 28 de diciembre de 2009

144728


Santos inocentes
Niño fallecido en los bombardeos israelíes

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Con cariño recuerdo como hasta hace no muchos años esperaba con ansia la llegada de este día. El Día de los Santos Inocentes. Durante semanas planeaba con ilusión y algo de picardía, la broma a gastar a mis amigos. Y ya sabemos que el las da las toma, pero benditas tomaduras de pelo. Ojalá el título de este post, fuera el teléfono al que llamar para colaborar en la Gala de Inocente, Inocente. Ojalá ese número fuera el número de visitantes de mi blog. Ojalá ese maldito número detuviera su progresión, por que es el número de santos inocentes, es decir, aquellos niños que no han nacido, o mejor dicho, este año NO los han dejado nacer.

Ante este drama no podemos callar. No podemos ignorar la realidad. Estamos hablando de vidas humanas segadas por egoísmos, ignorancia, presiones o mentiras. Un drama para los pequeños y para sus madres. Quienes sufren más que las cicatrices del cuerpo, las cicatrices del alma. Las primeras se maquillan, las segundas se escuchan en la voz de la conciencia.

El emperador Herodes engañó a los Magos de Oriente. Ojalá no nos engañen más. Las personas no somos instrumentos que se puedan usar y tirar dependiendo de su utilidad. Cada ser humano es reflejo del Creador y por lo tanto un chispazo divino del Amor de Dios. Amor llamado a transformar el mundo y no destruir a quien es imagen y semejanza de Dios. Ojalá que Dios nos perdone por esta barbarie y este maldito número detenga su rastro de sangre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es curioso: lo que de forma +ó- recurrente es noticia en los mass media son las victimas de un atentado terrorista, los muertos por luchas entre grupos de narcotraficantes, los muertos por catástrofes naturales, por accidentes en medios de transporte, por fumar activa o pasivamente, etc etc.
Sobre estas 144728 nacionales se corre un tupido velo y son, con diferencia, incomparablemente muchisimas más que las de las causas antes mencionadas.
Soy mujer y a día de hoy con poco o ningún instinto maternal, y de las que piensa nunca digas de este agua no beberé, a pesar de lo cual aún no acabo de entender qué "fuerza mayor" puede llevar a una madre a matar a su hijo, a su propia sangre. No os molestéis en explicármelo porque supera mi capacidad de raciocinio y perderíais el tiempo.