martes, 17 de octubre de 2006


PARIPÉ

Hay frases, expresiones o hasta palabras que usamos con cierta naturalidad, pero también con cierta naturalidad desconocemos su significado o correcto empleo. De ahí la importancia del buen uso del lenguaje, para que la comunicación no sea un paripé. Precisamente podemos comentar ese vocablo. Según el diccionario de la Real Academia española de la lengua (RAE por sus siglas en español) el término paripé se refiere a todo tipo de fingimiento, simulación o acto hipócrita. Es decir, de aquello que queriendo imitar a otra realidad copia, simula o modifica algún elemento distinto del original, para ser singular y diferente respecto al resto. Y ojo el ser original es algo bueno, lo detestable es lo ridículo. Pero en ocasiones, el exceso de originalidad roza lo ridículo.

En el abanico de ejemplos, cito uno muy llamativo que sucedió a finales de la década de los noventa. La compañía PEPSI, lanzaba al mercado un novedoso y revolucionario producto dirigido a todos los amantes del refresco de cola. El nombre de la fabulosa bebida era: Pepsi Cristal. Sus cualidades: mismo sabor, olor, sin colorantes, sin cafeína…hasta las mismas burbujitas, pero únicamente con distinto color. Sí ¡transparente! como la gaseosa. Realmente algo nuevo. Tras una agresiva campaña de marketing, impulsada con varios cientos de millones de dólares, sólo restaba ver la respuesta más importante: la del sabio consumidor. El resultado no tardó en producirse.

¡Un auténtico fracaso! ¿A quién se le ocurre lanzar un refresco de cola transparente? Al principio desconcertó a todo el mundo, y obtuvo ciertos parabienes, pero finalmente la expectativa generada, se vio atragantada por la implacable realidad. La Pepsi de toda la vida es de color cola y no transparente. Naturalmente, fue un fiasco. El cual fue corregido o mejor dicho retirado a las pocas semanas de darse a conocer. Efectivamente, al final fue tan transparente que ni se vio.

Pero que curioso no hay nada nuevo bajo el sol. Hace pocas semanas me ocurrió algo similar. Por supuesto nada tiene que ver con ninguna bebida refrescante. Sino con la celebración de un enlace religioso, en una conocida parroquia de mi ciudad. Con dolor y espasmo presencié tanto la falta de sentido como vivencia religiosa de los ahí presentes. Y lo que es peor, el auténtico paripé montado por el sacerdote que presidía la celebración. Como dijimos anteriormente, se puede ser simpático, emotivo y original en la vida, pero lo que no se puede es ser un farsante. Es decir, ofrecer algo que pretende ser, pero no es. Esa tarde, envuelto en un ambiente religioso, lo que se hizo fue desvirtuar la fuerza y viveza litúrgica de este sacramento, en aras de una mayor complicidad o colegueo entre el sacerdote, los contrayentes y los invitados a la ceremonia. Y curiosamenteo, esto mismo ocurre en numerosos enlaces civiles, donde para brindar mayor solemnidad al enlace, el juez de turno reviste la ceremonia con elementos más propios del enlace religioso que del civil. Como popularmente se dice: Ahora resulta que los patos disparan a las escopetas. Cuando aprenderemos que cada cosa tiene su lugar y su tiempo. Que importante es esto, pero que difícil de asumir.

Si me preguntas ¿Dónde andarán los recién casados? No lo sé. ¿Dónde andará el sacerdote? No lo sé, por que no era de esta ciudad. Lo que si sé, es que los experimentos con gaseosa nunca fueron buenos. ¡Salud! Y que viva lo auténtico.

sábado, 7 de octubre de 2006

Soy un trapero... trapero del tiempo como le gustaba deifinirse al Dr. Marañón. Bueno en realidad lo que soy es un aspirante, aspirante a hacer del tiempo un Modus Vivendi.
Sabiendo como decía S.Agustín: "Homines sunt voluntas". 3,2,1... !Comenzamos¡