que reproduce el original de José Alcázar Tejedor titulado "La Primera Misa".
Hace tan sólo unos días, leí en una prestigiosa revista una pequeña nota, que resaltaba la perpetuidad del sentimiento vivido por una madre, ante la Primera Misa oficiada por su hijo. Simplemente quisiera resaltar, como en verdad hay sentimientos que trascienden la dimensión del tiempo, y reflejan esa misma emoción ayer, hoy y siempre. Lo sublime del acto abraza no a las personas, sino al hecho. Para finalizar, me limito a transcribir la nota que un distinguido lector envió al redactor de la misma:
"Ignacio:
En tiempos, las circunstancias cambian. Pero la grandeza del sacerdocio, y la sublimidad de los sentimientos de un padre y de una madre... eso no cambia nunca."
"Ignacio:
En tiempos, las circunstancias cambian. Pero la grandeza del sacerdocio, y la sublimidad de los sentimientos de un padre y de una madre... eso no cambia nunca."
1 comentario:
Carísimo Trapero del Tiempo: paso a paso, como sucede con lo grande, has llegado. Bueno, todavía faltan unos pocos pasos. Recórrelos con la urgencia del Amor.
Y de la mano, siempre cariñosa, de unos padres que saben que Dios ha puesto en sus manos un tesoro, una perla de gran valor, para que se la devulevan enriquecida.
Un fortísimo y navideño abrazo.
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