domingo, 24 de junio de 2007

KAKA: la CASTA de un campeón



Este pasado viernes el estadio Vicente Calderón, era asaltado por miles de quinceañeras, que lograron, algo insólito esta temporada en la ribera del Manzares, el cartel de "No hay billetes", pero no para ver a su ídolo Fernando Torres, sino para vibrar en torno al grupo mexicano de música pop RBD (Rebelde).


A miles de kilómetros, en Milán, los tifossi rossoneri siguen celebrando la consecución de la Champions League. Con este motivo, la edición italiana de la revista Vanity Fair, entrevistó a la estrella milanista Kaká. En ella, aparte de abordar obviamente temas del mundo del fútbol, comentó el esfuerzo, pero sobre todo la belleza, que produjo en él y en su mujer, el llegar ambos castos al matrimonio.


Christopher, uno de los integrantes del grupo mexicano RBD, comentó también a diversos medios madrileños, el esfuerzo que supuso en su vida, no el llegar casto al matrimonio, sino el haber recientemente manifestado en el país azteca, su homosexualidad. Ahora él y su pareja, manifiesta Christopher, por fin son felices y libres.


Que diferencia de vivir el esfuerzo. Para el primero gozoso, pero para el segundo un martirio. Kaká si que es un rebelde, es decir, un hombre que nada a contracorriente. Que fiel a sus convicciones, no le importa el sacrificio y el esfuerzo, para ser feliz, tanto dentro del terreno de juego, como en el estadio de la vida. Así lo manifiesta en sus declaraciones a dicha publicación italiana: "Claro que me costó, soy un joven normal. No fue fácil llegar al matrimonio sin haber estado nunca con una mujer. Si hoy nuestra vida es tan bella, creo que sea porque hemos sabido esperar". Si Kaká sobresale futbolísticamente, por marcar la pauta y el ritmo de juego del equipo lombardo, en la vida sobresale por tener la virtud de vivir cada momento a su tiempo. Ni antes, ni después. A su tiempo. Y siempre, con una sonrisa en la boca. Dentro y fuera del terreno de juego.


Lo siento, no por Christopher, sino por las miles de quinceañeras madrileñas, que otra vez, como cada año, en el Vicente Calderón se han vuelto a llevar otra desilusión.

6 comentarios:

Fátima F dijo...

Verdadeiramente grande Kaka. Exemplo de vida.

CHECOLAZCANO dijo...

OS FELICITO TRAPERO DEL TIEMPO.
LA PROFUNDIDAD DEL SENTIMIENTO DEL ESFUERZO ES ALGO ABSOLUTAMENTE GRANDIOSO.EN LO QUE SE REFIERE A HACER UN ESFUERZO POR LOGRAR ALGO EL TENER LA RECOMPENSA POR HABERSE SACRIFICADO ES IGUAL A HABER SOÑADO QUE PODIA CONSEGUIR ALGO.Y DESPUES DE HABER SOÑADO ,DESPIERTA Y LA REALIDAD ES MARAVILLOSA AL SENTIR EL CAMBIO.

Anónimo dijo...

Con testimonios así de nuestro tiempo vemos las cosas que realmente merecen la pena y que cada paso en la vida tiene su momento, y como todo sacrificio tiene su recompensa.


Animo Trapero del Tiempo y sigue deleitándonos con tus artículos .

Anónimo dijo...

Me parece que nuestra sociedad no premia el esfuerzo, no premia el tesón, la labor diaria del que contra todas las inclemencias e incomodidades de cada día afronta con una sonrisa lo molesto. Y estos son pequeños detalles que, a largo plazo, forjan la personalidad de las personas. El ir puliéndose a uno mismo, con la ayuda de los demás que nos den cincelazos donde más nos duele, es quizá la mejor forma de ir haciendo una personalidad recia. Esa reciedumbre y esa fuerza de voluntad que se va elaborando con el paso del tiempo, son las virtudes que nos permiten mantenernos en nuestras ideas, defender nuestros valores y nuestras acciones.
Efectivamente, no se premia el esfuerzo en esta sociedad. Y eso qué nos importa. El mejor premio es la felicidad. Y la felicidad es la consecuencia de nuestras acciones y nuestros comportamientos.
¿No somos más felices cuando, con esfuerzo, llegamos a la meta en una carrera, alcanzamos la cima de una montaña, madrugamos para ver amanecer, hacemos cola para ver a nuestro equipo de fútbol, madrugamos por ver una carrera de f1, escribimos un cuento, una poesía, o descubrimos una nueva idea después de mucho reflexionar?
No hay mejor premio, que nuestro premio. Nuestra felicidad. Cuando amamos, no hay mejor premio que el que compartimos.
Cuando esperamos un regalo y nos lo dan por anticipado lo saboreamos, pero no lo mismo que si nos lo dan el día debido, esperado con la ilusión debida, comprado con la ilusión debida... No es lo mismo ni para el que lo recibe ni para el que lo da.
¿No vale la pena?
Que se lo pregunten a Kaká, que nos lo pregunten a nosotros.

Unknown dijo...

magnifico trapero

Alberto Portoles dijo...

Excelente, no sólo por la noticia sino por la forma de exponerlo. La claridad de valores en la cabeza y la lucha por mantenerlos lleva a la felicidad y al éxito, eso ya lo decíamos, pero ahora hay alguien aplaudido por muchos que lo dice porque lo ha experiementado. Enhorabuena a Kaká y deseo que su ejemplo ayude a muchos. Lo de RBD es una pena porque, yo que estoy metido entre muchas quinceañeras, experimento el éxito de RBD y como darían cualquier cosa por estar con él. ¡qué desilusión!
Acabo, pero de nuevo te repito trapero, que escribes que da gusto leer, tendrías que prodigarte más y no solo en el blog