Que curioso, pero sin quererlo Eloy hizo mía su preocupación. Yo también me preguntaba: ¿ Dónde esta Ramoncín? Sigo buscándolo como lo hace mi amigo, pero me imagino que debe estar lejos, muy lejos. De lo contrario hubiera resultado imposible que a Al Gore, ex-vicepresidente de los E.E.U.U., se le hubiera concedido tanto el Premio Nobel de la Paz como el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. Es verdad que el cambio climático está resultando un problema para la humanidad y para la naturaleza. Un problema que tenemos que solucionar entre todos. Lo que no es de recibo es querer ideologizar esta realidad, en aras del oportunismo político y no del común bienestar. En los últimos meses el cambio climático se ha incorporado al mundo de las ideologías, y como apetitosa novedad ha entrado de lleno en las agendas políticas de todos los partidos. Sean del color que sean. No lo olvidemos, lo "nature" genera muchos votos.
Debemos preocuparnos claró está por el deshielo de los polos, pero antes debemos ocuparnos del deshielo del hombre. De generar un auténtico cambio climático en el corazón del hombre. De querer elevar la temperatura de la dignidad humana, que está ya no bajo cero, sino bajo mínimos. ¡Qué no nos tomen el pelo! Señores del jurado tanto del Premio Nobel de la Paz como del Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, por favor antes de realizar cualquier elección consulten antes con Ramoncín. Seguro que con la ayuda de este baluarte del pensamiento moderno y paladín del activismo, sea del tipo que sea también todo hay que decirlo, ni Al Gore ni su Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU, hubieran sido elegidos ya ni entre los candidatos a sendos premios.
Los osos de la foto al igual que Eloy y yo, esperamos abatidos el regreso a los ruedos, del defensor del pensamiento. ¡Vuelve Ramoncín!.