Rock in Rio

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Aunque hoy celebramos la solemnidad de Corpus, no puedo negar que termino la semana con algo de tristeza. Y no es por los muchos e importantes lesionados de cara al mundial de Sudáfrica, sino por las noticias que encontré en el buzón de mi casa. Esta era una semana importante y como tal esperaba recibir noticias importantes, pero al abrir cada día el buzón encontraba de todo, menos lo que yo estaba esperando. En primer lugar me cayó una multa de tráfico, recibí a lo largo de la semana toda clase de catálogos de vestiduras litúrgicas. Luego me escribieron las hermanas Oblatas del Cristo de la Consolación para recordarme que estaban a punto de enviarme el paquete con las formas y el vino de misa.

Como fue comienzo de mes desde el obispado enviaron la nómina, que como dije en alguna ocasión, es algo pequeñita. Pasaban los días y el buzón se lleneba de propaganda de pizzas a domicilio, tiendas de informática y electrodomésticos, cerrajeros las 24 hrs,pero lo que realmente estaba esperando nada. Y es que esta semana se celebró en Sitges la reunión anual del Club Bilderberg y me imaginé que al celebrarse en España contarían conmigo. Si la Sartorius se puede reunir con Letizia en una terraza del Pardo, no veo yo el motivo por el cual yo no pueda asistir a Sitges, no como activista, sino como miembro invitado. Habrá que esperar un año más, para intentar cambiar el mundo.

Mientras esto sucede, trataré de ahogar las penas viendo por TV a Hannah Montana en su actuación en Rock in Rio.