domingo, 19 de agosto de 2007

Fuenteovejuna... ¡Todos a una!

"Del barco de Chanquete no nos moverán..."

Lejos queda ya aque verano del 81, cuando se asomaban a las pantallas de los hogares españoles, las barbas del entrañable Chanquete junto a la pandilla de esos siete chicos, que tantas agradables tardes de ocio, junto al televisor nos hicieron pasar. Su grito de guerra era o mejor dicho su canción preferida era: "Del barco de Chanquete no nos moverán". Entonces aún no se comerciaba con la que sería la canción del verano, pero esta canción millones de españoles la entonamos en más de una ocasión. En esas fechas el verano todavía era azul y caluroso, las tardes del invierno cortas y frías y el otoño una amalgama de tonalidades ocres. En definitiva, lo negro era negro y lo blanco era blanco.

Hoy sólo dos décadas después todo es distinto. No sé si será por el cambio climático, pero ya nada es lo que era. Cada cosa es lo que uno quiera que sea. Vivimos en un mundo a la carta. La era digital, no sólo nos permite elegir los canales temáticos que queramos, sino que en dicha era, se nos ha impuesto también un modelo aparentemente plural, consensuado y en el que todos tenemos acogida, como los canales digitales. Pero viendo con calma el menú, vemos que lo que vivimos es una dictadura: en la dictadura del relativismo. Donde nada es definitivo, por lo tanto no hay verdades absolutas, todas son relativas y en sintonía con lo que está de moda. Hoy valen, pero mañana no. Y donde se desea que todos sin excepción, formemos parte de esa infame barcaza, por no llamarla patera. La aparente libertad absoluta, se convierte en una maquillada esclavitud.

No podemos navegar por la vida a la deriva. "La Dorada", el barco de Chanquete, no contaba con sistema GPS, pero nosotros desde siempre hemos contado con él. Por lo tanto, utilicémoslo. Además este sistema es gratuito, pero no por ello falto de calidad y precisión. Su nombre es la Verdad. Su utilización supone humildad, interés, sacrificio y generosidad. Estas coordenadas siempre nos llevarán a puerto seguro, sin importar las marejadas, tsunamis o golpes de mar a los que nos tengamos que enfrentar en la vida. La presión ambiental es sumamente poderosa, pero si nuestros cimientos están bien asentados, pregúntenselo a la protagonista de la foto, nada ni nadie nos derribará. La medida de lo humano, no es el propio hombre, sino Cristo en Él coinciden verdad y caridad. Divinidad y humanidad. Y nosotros para ser intimamente divinos, antes tenemos que se profundamente humanos.

Si Chanquete levantara la cabeza...

2 comentarios:

haciendo camino dijo...

Muy bueno el post.
Realmente la Verdad siempre triunfara, puesto que ella esta por encima de todo lo que nos rodea y de lo que nos pueda manipular.
Animo con los artículos.

Anónimo dijo...

Querido Trapero:
Cuénta verdad hay en este artículo sobre la verdad. No sólo Chanquete se llevaría una depresión si levantara la cabeza. Recuerdo que hace poco estaba pensando cómo los antiguos y los marineros usaban las estrellas para guiarse, usaban las estrellas y la luna para contar los días, los meses, los años... Y hoy la astronomía es una afición, no una necesidad. Está bien. Pero a cuento de qué viene esto. Sencillamente el hombre se ha vuelto poderoso, no todopoderoso como algunos creen. Pero si ahora no observamos las estrellas, no vemos que existen, no las utilizamos y no les vemos el sentido es gracias a la luz eléctrica. No nos hacen falta, hemos "creado" algo fantástico maravilloso, que nos permite vivir de noche como si fuera de día, que permite que no haya que cerrar las fábricas cuando es de noche... que nos impide ver una de las más hermosas maravillas de la creación: el cielo en una limpia noche de verano. En la vida pasa lo mismo. En general, cuando algo nos molesta, le damos al interruptor de la luz y no nos hace falta pensar. Como la luz deforma los cuerpos y la podemos manipular a nuestro antojo cambiamos de nombre a las cosas y de ritmo a las personas. Creemos que la noche es día, que la luz deslumbrante es agradable, que los focos naranjas dan el verdadero color a los cuerpos. Y de un bien, hacemos un semi mal, que es más malo por semi que por mal. Ese semi es lo que nos mata y es lo que podemos modificar a nuestro "gusto". Esos cambios de "ritmo" son los que despiertan la desesperación en el corazón del hombre. Por eso no sólo chanquete se deprimiría, sino que los que hoy juegan con la luz mañana están deprimidos.
¿No es mejor tener una sólo luz y de un sólo color, si así se puede decir? ¿No es mejor tener una luz invariante a la cuál acogernos cuando es de día y echarla de menos cuando es de noche? Prefiero lo último que lo primero. Esa luz invariante que no depende de mí, que no la puedo cambiar y que cuando la busque sé dónde la voy a encontrar. Prefiero esa luz que no cambia y que sé que siempre me va a dar las mismas respuestas. Prefiero la Luz.

Un fuerte abrazo, Trapero, gracias por todo.
Guillermo