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Durante toda esta semana la Iglesia ha celebrado la Octava de Pascua, una explosión de júbilo ante la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Tres fueron los días que permaneció Jesús en el sepulcro. Y 22 fueron las jornadas que mi equipo sufrió la humillación de la derrota. Seis meses sin conocer la victoria y sin puntuar. Endosando derrota cada cual más escandalosa. Pero en la jornada 23 este modesto equipo compuesto por soldadores, reponedores, marineros, pizzeros y un sacerdote dio la sorpresa en el CUVI. Ganamos 2-1 al líder de la competición, que no conocía la derrota.
Ya lo vaticiné ayer. Y la profecía se ha cumplido. El mister de mi equipo emulando a Pep, antes del partido del día de hoy, nos puso en un pequeño reproductor de DVD Nevir, un trozo de una peli. Yo pensé que como Guardiola nos pondría Gladiator, pero no, nos puso Hoosiers*. Al descanso nos fuimos con un honroso 0 - 0 en el marcador. El entrenador una vez más imitando al entrenador del Barça, y buscando la reacción del equipo puso a sonar su pequeño IPOD. Me imaginé que sería Coldplay, con su canción Viva la vida, si al Barcelona le funciona a nosotros porqué no, Pero me volví a equivocar. En su MP4 sonaba Falete con su single Amar duele.
Y se obró el milagro. Al final del partido vencimos. No sé si los diarios locales o los de tirada nacional bucearán en nuestra particular proeza, pero hoy este modesto equipo ha escrito su nombre, con letras de oro, en el albúm de las hazañas anónimas que tachonan el calendario de la vida.
Ojalá no tardemos otros 23 partidos en conocer la miel de la victoria.
* Título de una famosa película de baloncesto.
Ya lo vaticiné ayer. Y la profecía se ha cumplido. El mister de mi equipo emulando a Pep, antes del partido del día de hoy, nos puso en un pequeño reproductor de DVD Nevir, un trozo de una peli. Yo pensé que como Guardiola nos pondría Gladiator, pero no, nos puso Hoosiers*. Al descanso nos fuimos con un honroso 0 - 0 en el marcador. El entrenador una vez más imitando al entrenador del Barça, y buscando la reacción del equipo puso a sonar su pequeño IPOD. Me imaginé que sería Coldplay, con su canción Viva la vida, si al Barcelona le funciona a nosotros porqué no, Pero me volví a equivocar. En su MP4 sonaba Falete con su single Amar duele.
Y se obró el milagro. Al final del partido vencimos. No sé si los diarios locales o los de tirada nacional bucearán en nuestra particular proeza, pero hoy este modesto equipo ha escrito su nombre, con letras de oro, en el albúm de las hazañas anónimas que tachonan el calendario de la vida.
Ojalá no tardemos otros 23 partidos en conocer la miel de la victoria.
* Título de una famosa película de baloncesto.
2 comentarios:
El 23 no sé por qué... pero es un número simpático... en fin, al Madrid es el 10 el que le resulta simpático... cada loco con su tema.
Enhorabuena por ayudar a los líderes a ser más humildes, jejeje.
LOS MILAGROS AUN EXISTEN FUERA DE LOURDES!!!!!
ENHORABUENA!
ESTARIA BUENO QUE ALGUN OJEADOR DEL REAL MADRID SE FIJARA EN VUESTRO MISTER. Y TB EN VOSOTROS.
OJALA TUVIERAS LOS MISMOS PALPITOS PARA LA PRIMI O LAS QUINIELAS DEL MUNDIAL.
CARMEN
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