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Hay días en los que apetece no salir de cama. El frío del otoño, la claridad que no rompe, la lluvia que golpea las ventanas y la desvelada de ayer, me empujan a no querer desenfundar el edredón de la cama. Pero el mundo necesita héroes, y como la cosa anda un tanto escasa, hay que enfundarse el traje de superhéroe. Eso si, un superhéroe sin afeitar. Me quedé sin espuma.
Pienso que todos luchamos por ser héroes. Por hacer cosas grandes. Por salvar a los demás. Por hacer un poco mejor este mundo. Aunque a veces la criptonita que hay en el mundo, pueda debilitar nuestros nobles deseos. Eso le pasaba a Superman ante este mineral. Lo mismo nos ocurre a los hombres frente al pecado. Cuando le damos cancha nos infecta. No olvidemos que luchamos contra el príncipe de los diablos, el demonio. Y es grande su influjo, pero es mayor nuestro apoyo: Dios. El diablo es como un perro rabioso encadenado. Un toro rosso. Más allá del radio que le permite la cadena no puede morder a nadie. Por ello, que importante es mantenernos lejós de él. Ya que si nos acercamos demasiado nos morderá. Ninguna criatura, salvo la Virgen, está inmune de su mordedura. Recordemos que el diablo sólo tiene una puerta para penetrar en nuestro interior: la voluntad. No hay más puertas secretas o escondidas. Solo esa.
Hoy he vencido. El ayer ya pasó. El mañana no sé si vendrá. Así que a ocuparme del hoy.
Un post menos.
Pienso que todos luchamos por ser héroes. Por hacer cosas grandes. Por salvar a los demás. Por hacer un poco mejor este mundo. Aunque a veces la criptonita que hay en el mundo, pueda debilitar nuestros nobles deseos. Eso le pasaba a Superman ante este mineral. Lo mismo nos ocurre a los hombres frente al pecado. Cuando le damos cancha nos infecta. No olvidemos que luchamos contra el príncipe de los diablos, el demonio. Y es grande su influjo, pero es mayor nuestro apoyo: Dios. El diablo es como un perro rabioso encadenado. Un toro rosso. Más allá del radio que le permite la cadena no puede morder a nadie. Por ello, que importante es mantenernos lejós de él. Ya que si nos acercamos demasiado nos morderá. Ninguna criatura, salvo la Virgen, está inmune de su mordedura. Recordemos que el diablo sólo tiene una puerta para penetrar en nuestro interior: la voluntad. No hay más puertas secretas o escondidas. Solo esa.
Hoy he vencido. El ayer ya pasó. El mañana no sé si vendrá. Así que a ocuparme del hoy.
Un post menos.
1 comentario:
si señor, nadar contracorriente es bueno para la musculatura¡¡¡¡
igual que quitarse el pesado plumas (ejm ejm) por las mañanas
jaja
naircha
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