Tentaciones

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Como todo el mundo sabe mañana a las siete de la tarde se juega el enésimo partido del siglo. Siempre me he preguntado si estos equipos juegan a lo menos dos veces por año ¿Por qué cada vez que se enfrentan se le denomina el partido del siglo? Bueno lo llamen como lo llamen es un partido importante, de esos que apetece ver. Solo, en compañía, con el perro o con el rival, pero lo que importanta es verlo. Y ese es mi deseo, pero... tengo misa a las 6:30 pm. ¿Qué hacer?.
- Comenzar por una vez puntual la misa para terminar y abreviar lo más que se pueda.
- Estar atento a los gritos y exclamaciones de los bares anexos a la iglesia, para darse una idea de cómo va la cosa.
- Decirle al monaguillo que suba con el pinganillo del mp3 al altar para cantar los goles del partido.
- En caso de estar en el confesionario, encender el wifi de la PDA para seguir on line el transcurso del partido.

No sigo por que me vienen tantas tentaciones a la cabeza que si empiezo no paro. Y eso no es cosa buena.

Nada tras un acalorado debate entre mi ángel custodio y el diablillo que todos llevamos dentro, ha ganado la sensatez. La santa misa, lo más grande de nuestro día, la celebraré con toda la piedad, rezando atenta y devotamente, cantando con el sentido propio del texto y del tiempo litúrgico. Y en el momento de la consagración me esforzaré para poner todos mis sentidos sobre las especies sagradas, que en un admirable intercambio dejarán de serlo para convertirse en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. Terminaré la Eucaristía dando gracias al Señor por poder celebrar esos sagrados misterios y ,ahora sí, a disfrutar a rabiar del Barça - Madrid.

P.D. 2 - 3.