172No puedo negar que en estas fechas, son varios los regalos que recibo en la sacristía de parte de los generosos feligreses. Al ver tantas muestras de cariño por parte de ellos, no puedo menos que ruborizarme. No me lo merezco. No soy digno de tanto afecto por parte de la gente. Pero esto si me hace considerar, cuanto valoran ellos la labor del sacerdote. Desde aquí: ¡ GRACIAS A TODOS!
Más o menos los regalos que nos suelen hacer a los sacerdotes, suelen ser los mismos: un par de guantes o calcetines negros , algún sweater, pañuelo de manos y por supuesto, nunca falta alguna que otra botellita (eso sí, siempre de baja graduación). Por supuesto, no aceptamos regalos que puedan levantar sospecha alguna, sobre tratos especiales a la gente. Nada de trajes, ni vacaciones pagadas o algo por el estilo. Esto más que nada para evitar otro Caso Gürtel. Y no tanto por vivir la pobreza.
Bien es cierto que todo regalo siempre es motivo de alegría, pero en mi casa estos se han convertido en un serio problema. Y es que la gente sabe lo que me gusta, lo que colecciono. Y que nada tiene que ver con los clásicos obsequios a sacerdotes. Mi afición consiste en coleccionar bolsas o cajas de regalo. Y día sí y día también alguién siempre me trae algo. Eso sí, lo que no acepto son las bolsas del FROIZ o del GADIS. Y es que el problema está en que mi madre ya no sabe que hacer con las bolsas o las hermosas cajas. Son muy bonitas. Las hay de todos los estilos: coloridas, art-decó, retro, vanguardistas, y hasta minimalistas. Pero ya no entran en casa. Me ha puesto un ultimatúm. Las cajas o yo.
De momento voy campeando el temporal, guardando las cajas y las bolsas en un salón parroquial. El problema será cuando también el párroco se entere. Entonces seguro que me dirá como mi madre: Las cajas o tú. Mientras eso ocurre seguiré cultivando este pequeño hobbie. Y ya sabéis si alguien necesita alguna bolsa de calidad: PEDID Y SE OS DARÁ.
P.D. Que mañana día 22 haya suerte y pidámosle al Dios Uno y Trino que el Gordo caiga en UNO o en TRES.
Más o menos los regalos que nos suelen hacer a los sacerdotes, suelen ser los mismos: un par de guantes o calcetines negros , algún sweater, pañuelo de manos y por supuesto, nunca falta alguna que otra botellita (eso sí, siempre de baja graduación). Por supuesto, no aceptamos regalos que puedan levantar sospecha alguna, sobre tratos especiales a la gente. Nada de trajes, ni vacaciones pagadas o algo por el estilo. Esto más que nada para evitar otro Caso Gürtel. Y no tanto por vivir la pobreza.
Bien es cierto que todo regalo siempre es motivo de alegría, pero en mi casa estos se han convertido en un serio problema. Y es que la gente sabe lo que me gusta, lo que colecciono. Y que nada tiene que ver con los clásicos obsequios a sacerdotes. Mi afición consiste en coleccionar bolsas o cajas de regalo. Y día sí y día también alguién siempre me trae algo. Eso sí, lo que no acepto son las bolsas del FROIZ o del GADIS. Y es que el problema está en que mi madre ya no sabe que hacer con las bolsas o las hermosas cajas. Son muy bonitas. Las hay de todos los estilos: coloridas, art-decó, retro, vanguardistas, y hasta minimalistas. Pero ya no entran en casa. Me ha puesto un ultimatúm. Las cajas o yo.
De momento voy campeando el temporal, guardando las cajas y las bolsas en un salón parroquial. El problema será cuando también el párroco se entere. Entonces seguro que me dirá como mi madre: Las cajas o tú. Mientras eso ocurre seguiré cultivando este pequeño hobbie. Y ya sabéis si alguien necesita alguna bolsa de calidad: PEDID Y SE OS DARÁ.
P.D. Que mañana día 22 haya suerte y pidámosle al Dios Uno y Trino que el Gordo caiga en UNO o en TRES.
1 comentario:
ni uno ni tres, bueno aun nos queda el del Niño no???
pero que hobbie más raro tiene usted....
naircha
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