domingo, 20 de diciembre de 2009

Teología Rosa


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Hace ya varios días queriendo escribir sobre la contaminación que existe en los medios de comunicación. Necesitaba sólo una exclusiva. Y mira tú por donde la Esteban* me la ha dado esta semana. Aviso a navegantes, que nadie ose pensar que los vicarios tenemos tiempo para la teología rosa, pero hay temas que son de índole general. El vox populi manda, o el índice de audiencia, como prefieras llamarlo, mandan sobre la pastoral de a pie.

Qué razón tiene el Santo Padre al denunciar el afán de los mass-media por narrar, repetir y amplificar el mal, de tal forma que el hombre, sin darse cuenta se vuelve insensible al horror. ¿Cómo es posible que nos acostumbremos al horror, a la desgracia? Pues este fenómeno se produce de manera más habitual de lo que pensamos. Basta con echar un vistazo a la prensa, pero sobre todo a los informativos de la TV. Sus noticias sólo narran infortunios, penalidades. Comemos un plato de lentejas, a la par que vemos los cuerpos carbonizados en el último atentado, perpetrado en Oriente. O tomamos el café, mientras unos niños insultan y golpean a sus compañeros de clases.

Como continúa el Papa es una desgracia que "esta contaminación haga nuestros rostros menos sonrientes... Las personas se transforman en cuerpos, que pierden el alma, se transforman en cosas, objetos sin rostro, intercambiables y consumibles”. Como los cartuchos de tinta de la impresora. (Esto lo digo yo). Ojalá seamos capaces de invertir esta tendencia y descubrir que no es todo lodo lo que hay en el camino. Y que cada persona humana es una historia sagrada y exige, como tal, el más grande respeto.

* Menudo lifting se hizo Belén. Que tiemble la Campanario.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Por lo menos, el hombre de la viñeta lo echa de menos.Algunos no saben ni donde lo tienen.