¡ MÚSICA MAESTRO !

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Escribo estas líneas escuchando el ensayo del Concierto de Navidad que tendremos hoy en la parroquia. ¡ Qué gozada ! Una orquesta completa tocando al Señor. Instrumentos de cuerda, viento y percusión acompasados por la batuta del insigne director. Suena Noche de Paz. Pienso que cada uno de nosotros formamos parte de la mejor orquesta del mundo. Los Hijos de Dios.

Tocamos una obra que lleva por título SANTIDAD. Como en toda filarmónica, la partitura de cada músico, señala el instrumento atañe que toca, en ocasiones la misma partitura hace referencia a otros instrumentos para señalar por ejemplo los silencios de la pieza. El Director desde su estrado dirige la entrada de cada instrumento, cada intervención ha sido pensada desde la eternidad, y de cada uno de sus músicos, saca el máximo rendimiento. Ningún instrumento sobra, todos son necesarios.

Dios quiere ejecutar una pieza divina contando con nosotros como protagonistas. Es necesario querer tocar la partitura al compás que Dios nos señala. Nuestro instrumento se llama vocación. Mientras más fieles seamos a la misma, más afinado estará el instrumento y mejor ejecutaremos la pieza celestial. Ninguna vocación es más importante que otra. Todas tienen la mima dignidad y están llamadas a dar gloria a Dios y paz a los hombres.

Se acaba el ensayo. Se termina el post. Es hora del silencio. Es hora de gozar.