Heridas de Guerra

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Me cuesta y mucho escribir este post. Hoy 14 de febrero algunas heridas ya cicatrizadas, han vuelto a supurar. Y eso escuece. No obstante, me he llevado la inmensa alegría de ver hoy en la parroquia, a muchas parejas de novios o recién casados en misa. Si cabe hoy más de lo habitual. En especial me ha llamado la atención, el ver el gran número de chicas que se acercaron hoy a la parroquia. Me imagino que unas a rezar, otras a dar gracias y otras porque no, a pedir un novio.

Uno de las dificultades al escribir el día de hoy, es que el teclado rezuma melosidad por todas partes. He recibido en este día un aluvión de e-mails cada cual más empalagoso. Obviamente, la mayoria de los remitentes eran totalmente desconocidos por mi. Al abrirlos parecía un concurso para saber cual de ellos, contenía la mayor concentración de almibarado en el menor número de palabras.

A pesar de tanta purpurina cibernética, en días como hoy el corazón se me arruga, como se arruga un papel. Y es que no es fácil olvidar que, años ha, en fechas como hoy me han dado pasaporte varias veces. El problema del viaje que me dieron, es que era un billete de sólo ida. Y uno más que su orgullo, también tiene su corazoncito. Y no hay rencor, pero ayyy... como duele el amor.

El primer sello en dicho pasaporte, fue por equivocarme en el color de las rosas. Después de patearme la ciudad más grande del mundo, buscando la mejor floristería y encargar un ramo digno para la ocasión, resulta que de la sorpresa y la ilusión inicial, se pasó en décimas de segundo al mayor de los desencantos. Y simplemente, por el color de las mentadas rosas. En la escuela del amor, nadie me explicó la importancia de la cromática en este campo. Ella esperaba y deseaba lo mismo que yo, pero al parecer lo que yo le decía con el dichoso color, era contrario a lo que ella esperaba. Dios mio, por que me perdí ese capítulo en Barrio Sésamo.

El laberinto del tiempo, es el culpable de que no recuerde si el segundo episodio ocurrió antes o después del anteriormente citado. Lo que sé a ciencia cierta, es que fue igual de doloroso. El lugar del homicidio amoroso fue un estacionamiento. Y el motivo del fatídico desenlace fue que la dama en cuestión, no consideró de su agrado, que al volver a recoger su coche, lo encontrara todo él tapizado de cientos de post-it multicolores.

Toda una semana planeando el atraco a su corazón, gastándome los ahorros en post-it y en bolígrafos, con los que escribir en cada adhesivo una frase distinta, haciéndole partícipes de mis sentimientos... y nuevamente me dieron pasaporte. Creo que esta vez el motivo fue que la chica en cuestión, se ruborizó de sobremanera al ver tanta gente arremolinada en torno a su coche. Y es que muchos esperaron en torno al coche para saber quien era el propietario del mismo y a su vez saber el desenlace de semejante locura de amor.

El tercer sello... bueno no voy a seguir que estoy no es la edición digital de Corín Tellado. Pese a todo hay que decir: ¡ Qué haríamos los hombres sin las santas mujeres !

FELIZ ANIVERSARIO!!!