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Es poco usual escribir un post a estas horas de la mañana. No lo hago para que la inspiración me encuentre trabajando como decía Picasso ni tan siquiera para seguir la máxima del refranero que reza: al que mdruga Dios lo ayuda. El motivo es que hoy comienzan las rebajas. Y mis machacados pies, no están en condiciones de correr los largos y saturados pasillos como en años anteriores. Por lo que quiero llegar de los primeros. Mi economía es la que es, no sé si grande o pequeña, pero trataré de rentabilizarla hoy al máximo.

¡ Qué importante es la economía en la vida de una parroquia ! Y no me refiero a la Economía de la Salvación. Si no a los ingresos y egresos de la parroquia. Dentro de la celebración de la Santa Misa hay un momento sumamente importante y por dos motivos. Es el momento del ofertorio. En él ofrecemos el pan y el vino que por un mravilloso intercambio se convertirán en el Cuerpo y en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Y precisamente durante este momento es cuando se realiza la colecta. Es decir, se pasa la bolsa o el cepillo para que los feligreses con sus ofrendas ayuden al sostenimiento parroquial. En mi parroquia, no sé en otras, suelen en cada misa hacerlo las mismas personas. Pero ayer Día de Reyes, en una de las misas faltó por dicha festividad, la persona que le correspondía prestar ese servicio, pero la colecta no se vio mermada.

Desde el confesionario pude ver como una joven feligresa que estudia un MBA fuera de la ciudad se levantó de su sitio, tomó la bolsa y pasó por los bancos de la iglesia para coger la colecta. Me quedé asombrado. Una chica joven, con un MBA tal vez en la London Business School pasando la bolsa en misa. No creo que lo haya hecho para hacer un estudio de mercado, eso ya lo hago yo después. Lo hizo simplemente, por que no había quien lo hiciera. Eso es hacer parroquia. Eso es preocuparse por la parroquia. Sentirse parte de la misma. Y eso es tener personalidad. Bueno a mi me gusta más decir ser gente sin complejos (lo digo por lo del whisky). Nunca me cansaré de decirlo y de escribirlo. ¡ Tengo unos feligreses de PRIMERA !

Me voy que ya hay gente encaramada en las puertas del establecimiento y he visto un traje Brioni que no puede quedarse triste y solo en el escaparate.